Nací en una familia tradicional de Morelia, Michoacán, cuna de ideólogos y luchas sociales. Crecer entre su belleza multicultural y sus contrastes me enseñó que, aunque ser mujer implicaba barreras, cada obstáculo templó mi carácter y me impulsó a conquistar mi independencia.
Mi vida política comenzó en los pasillos de la Universidad Latina de América, donde estudié Comunicación. Más tarde, como maestra de telesecundaria en Tuzantla, Tlapujahua y Contepec, asumí la emancipación de conciencias como parte de mi labor en beneficio de la comunidad. Me di cuenta de que la verdadera transformación de nuestra sociedad solo podría lograrse mediante la participación y la acción social.
Mi encuentro con la acción política ocurrió en un mitin, donde escuché a Andrés Manuel López Obrador. Reconocendo en él a alguien que, como muchos de nosotros, creía en un México diferente, un país en el que las mayorías tuvieran voz y las injusticias sociales no fueran la norma.
Su propuesta de regeneración de la vida pública me tocó profundamente. Comprendí que la lucha por la justicia .social no era solo un discurso, sino una utopía de la que quería ser parte. Fue entonces cuando decidí unirme al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Lo que comenzó como un impulso personal por el activismo social se transformó en una lucha política.
Como mujer de izquierda y feminista, entendí que la participación política era la vía para transformar la realidad que vivíamos, especialmente para enfrentar las desigualdades y la violencia que nos aquejaban.
Por ello, tomé la decisión de dar el paso y convertirme en una de las fundadoras de Morena, un partido que promovía los principios que siempre habían estado en mi corazón.
A lo largo de los años, la acción de los fundadores y nuevos adeptos fortalecío el movimiento, y con él, la esperanza de un país que pudiera cambiar.
Fui actora y testigo fiel de cómo la narrativa política en México comenzó a transformarse, colocando en el centro temas como la igualdad de género, la justicia social y la lucha contra la corrupción.
En 2015 y 2021, acepté el reto de ser candidata a diputada federal, con el firme propósito de llevar la voz de las personas más necesitadas a los espacios de decisión.
Ser morenista, y especialmente ser fundadora de este partido, no es solo una elección política; es una misión de vida. Cada día me esfuerzo por construir una sociedad más justa, libre y equitativa, porque sé que la lucha por un México mejor apenas comienza.
Soy Myriam Martínez, “la morena de Michoacán”. Mi historia, mis luchas, mis valores y mi compromiso con la transformación de México es lo que me define. ¡Sigamos adelante!